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El chopo ilicitano

Árbol milenario vinculado a la Acequia Mayor y símbolo de identidad agrícola en Elche

El chopo ilicitano, conocido científicamente como Populus euphratica, es mucho más que un árbol. Es un símbolo vivo del legado agrícola, ambiental y emocional de Elche. Ligado históricamente a la Acequia Mayor del Pantano, este árbol ancestral forma parte inseparable del sistema hidráulico andalusí que permitió el florecimiento del Palmeral de Elche, declarado Patrimonio de la Humanidad.

Sin embargo, pese a su relevancia histórica, el chopo ilicitano ha quedado relegado al olvido en las últimas décadas, con ejemplares aislados en grave peligro. Hoy, gracias al impulso de la comunidad de regantes y nuevas iniciativas de recuperación, este patrimonio natural empieza a renacer.

Un árbol originario del Éufrates con raíces en Elche

El Populus euphratica es una especie alóctona única en Europa, originaria del valle del río Éufrates, en Asia. Se cree que fue introducida en la península ibérica por los musulmanes durante la Edad Media, como parte de sus avanzadas prácticas de gestión del agua y control de suelos.

Su principal característica es su gran resistencia a suelos pobres y salinos, una condición habitual en las inmediaciones de la Acequia Mayor de Elche, donde fue plantado con un propósito funcional: estabilizar los márgenes del canal y protegerlo de la erosión.

Aigua Dolça i Salà: el entorno donde crecía el chopo ilicitano

Durante décadas, los ilicitanos acudían al paraje de l’Aigua Dolça i Salà para pasar el día, bañarse en la Acequia Mayor (de agua salada) y beber de la acequia del Obispo Tormo (de agua dulce). Este espacio, hoy en gran parte destruido por la construcción de la autovía A-7, era uno de los principales hábitats del chopo ilicitano.

La pérdida de este entorno natural supuso una reducción drástica de ejemplares y la desaparición de un paisaje íntimamente ligado a la memoria colectiva de Elche.

Árbol singular, especie protegida

A pesar de haber sido declarada Comunidad Vegetal Protegida por la normativa municipal, el chopo ilicitano fue víctima del abandono institucional y la desinformación ciudadana. Su presencia se limitó durante años a un número muy reducido de ejemplares, con escasas posibilidades de regeneración natural.

A diferencia de otras especies, el Populus euphratica no se reproduce fácilmente por semilla, debido a la ausencia de ejemplares macho en la zona. Su propagación se ha realizado históricamente por sierpes (brotes que nacen de raíces), lo que, si bien garantiza su permanencia genética, hereda también enfermedades y debilidades estructurales.

Proyecto de recuperación: una nueva esperanza

Con la llegada de D. Francisco Picó Antón a la presidencia de la Comunidad de la Acequia Mayor en diciembre de 2022, se tomó la firme decisión de recuperar esta especie. En febrero de 2025, se llevó a cabo una primera fase de replantación, utilizando varios ejemplares conservados, sin financiación externa y con recursos propios.

Hoy, los chopos ilicitanos se alinean nuevamente en líneas paralelas a ambos lados de la Acequia Mayor, al norte de la autovía, devolviendo vida y autenticidad a este corredor hidráulico histórico

Características botánicas del chopo ilicitano

El chopo ilicitano es un árbol de hoja caduca. Pierde su follaje entre diciembre y enero, y lo recupera entre abril y mayo. Puede alcanzar los 15 metros de altura, aunque los ejemplares de Elche difícilmente superan los 8 debido a las condiciones del terreno y el abandono prolongado.

Una de sus singularidades más llamativas es que presenta diferentes tipos de hojas en el mismo árbol, todas duras al tacto y bien adaptadas al entorno salino.

Su tronco es robusto, de corteza agrietada, y su copa irregular, rasgo que lo diferencia de otras especies de chopo más comunes en Europa.

Importancia paisajística y cultural

El valor del chopo ilicitano va más allá de su función práctica o su resistencia natural. Es un símbolo cultural profundamente arraigado en la historia agrícola y emocional de Elche. Durante generaciones, su presencia estuvo asociada al agua, a los huertos, a la vida al aire libre y a la convivencia en los márgenes de la acequia.

Recuperar este árbol es, por tanto, restaurar una parte de la identidad ilicitana y fortalecer el vínculo entre el patrimonio natural y el humano.

Sin ayudas, pero con convicción

Uno de los aspectos más destacables del actual proceso de recuperación es que se ha realizado sin ayudas institucionales. La comunidad de regantes ha asumido íntegramente la tarea de rescatar el chopo ilicitano, conscientes de que su supervivencia no podía esperar más.

A través de la reproducción por sierpes, injertos seleccionados y un seguimiento técnico adecuado, el proyecto aspira a consolidar una línea continua de ejemplares que recupere el corredor verde original.

Futuro incierto, pero abierto

A pesar del progreso, el futuro del chopo ilicitano aún está lleno de retos:

  • Falta de diversidad genética
  • Necesidad de control de plagas
  • Sensibilización pública
  • Integración en políticas de conservación del paisaje

Por ello, es fundamental que las administraciones se impliquen, y que la ciudadanía conozca y valore esta especie como parte integral del patrimonio natural de Elche.

Conclusión: un árbol, una historia, una responsabilidad

El chopo ilicitano, ligado inseparablemente a la Acequia Mayor del Pantano de Elche y la Ciudad, es un emblema silencioso de un sistema agrícola que fue, y que aún puede ser, referente de sostenibilidad y cultura del agua.

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